HISTORIA DEL NÚMERO OCHO:
El ocho es la evolución. Es el número de la regeneración porque su cubo es igual a 512, que al sumarse (5+1+2) da otra vez ocho. Número del primer cubo que tiene 8 esquinas y es el único que es divisible varias veces, puesto que el 8 se divide entre 2 y da 4, éste se divide a su vez y da 2, y el 2 dividido da 1, estableciéndose así, la mónada pitagórica.
La octava carta del Tarot es "La Fuerza", representada por el león, simbolizando la fuerza realizadora, instintiva o kundalini, que es controlado por la mujer (alma), a través de la suavidad y el amor, hacia un plano superior de las propias energías indómitas. En el sentido más elevado se trata de la inocencia que domina al primitivismo.
El octavo cuerpo espiritual es el pránico, que representa la energía curativa y simboliza la cualidad de la pureza. Su frase clave es "el finito hacia el infinito" (disciplina, paciencia, responsabilidad, cautela, ejecución, seguridad financiera).
Perfil dominante: nadie tan bueno en asuntos de economía como una persona con vibración ocho. Los ocho son responsables hasta la exageración, casi invariablemente dignos de confianza, pacientes, muy disciplinados y también introvertidos, poco demostrativos de sus sentimientos. Casi no se dan permiso de disfrutar las diversiones, pero suelen ser generosos y cálidos con las personas a las que aman. Su punto débil es el orgullo. En los sentimientos no conocen medias tintas, son capaces de amar y de odiar incondicionalmente.
Ocho en Alma: entre los ocho hay mucho sanadores autodidactas. Su alma tiene la capacidad para penetrar en los niveles más profundos de vibración en sí misma y en otras personas. Dentro de su ser persiste una inquietud inconsciente por ampliar su visión del mundo y del cosmos, hasta alcanzar la Conciencia Impersonal.
Ocho en Personalidad: se intensifican sus aptitudes para la sanación, muchos de ellos destacando como médicos, sanadores de medicina alternativa o terapeutas. Tienden a exagerar el interés por lo laboral y agotar sus resistencias físicas. Pero al mismo tiempo, poseen una admirable capacidad de recuperación que los demás números no tienen. Podría decirse que tienen un cargador de baterías invisible del que siempre echan mano.
Ocho en Regalo: es un triunfador que se ha curtido en hazañas, por lo que ahora suele emprender muchas cosas y ser tenaz hasta lograrlas. Su regalo es la fe en todo lo que realiza y esta fe es contagiosa.
Ocho en Destino: persona de notable empuje, si acaso algo lo atemoriza tiene una gran sangre fría parta trascender el miedo, pues las experiencias pasadas le han dado una fortaleza muy ganada a pulso.
Ocho en Misión: necesita convencerse de que sus facultades no son gratuitas y de que a través de ellas puede entrar en sintonía con las fuerzas más bellas y positivas del cosmos; desanclarse del pasado y aprovechar sus cualidades para convertirse en un maestro en cualquier área que elija.
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